Seguro que os habéis dado cuenta de que cada vez los años son más calurosos, sobre todo en verano, época en la que hay que protegerse muy bien del sol con protectores solares e hidratarse con más frecuencia de lo que solemos hacer si no queremos sufrir un golpe de calor.

A nuestros cultivos les puede pasar algo parecido, si no reciben los cuidados correctos en épocas de sofoco, pueden surgir muchos problemas, así que a lo largo de este artículo os vamos a decir cuáles son y cómo pueden solucionarse.

Generalmente, las plantas tienen una gran capacidad de adaptación a cambios externos, pero como siempre, hay unos límites que puede que no soporten o que decrezcan su capacidad de producción y calidad de la cosecha: por encima de los 40-50 grados. A esta temperatura, la actividad del vegetal merma e incluso se empiezan a destruir tejidos enzimáticos. Y es que, las variaciones drásticas de temperatura pueden afectar a la morfología, la anatomía, la bioquímica y diversas características del vegetal.

 

Posibles consecuencias del exceso de calor en los cultivos

 

Estrés hídrico

El estrés hídrico es un fenómeno que provoca un deterioro de los recursos de agua dulce en términos de cantidad (acuíferos sobreexplotados, ríos secos, lagos contaminados) y de calidad (contaminación de la materia orgánica, intrusión salina).

Sucede cuando la demanda de agua de la planta es más grande que la cantidad disponible durante un periodo determinado de tiempo o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad.

La planta no es capaz de suministrar a las hojas el agua necesaria para la transpiración, las hojas intentan conservar agua, detienen la evaporación y reducen el beneficioso efecto de enfriamiento, así como el crecimiento del vegetal.

Es por ello que en la medida en que las plantas puedan transpirar libremente también podrán hacer frente a las altas temperaturas.

 

Estrés hídrico

 

Problemas en la fotosíntesis

El proceso más importante que desencadena la luz en las plantas es la fotosíntesis. Es un proceso que usan todas las plantas para producir el alimento que les ayuda a acumular más material para la planta. Mientras más rápida sea la velocidad de la fotosíntesis, más rápido crecerá la planta.

Principalmente, la intensidad y la calidad de la luz impactan la velocidad de la fotosíntesis. En la etapa del florecimiento, es importante conocer la duración de la luz solar, ya que impacta directamente el ritmo de florecimiento de muchos cultivos.

A medida que sube la temperatura aumenta la actividad fotosintética de la planta, hasta llegar a un máximo (en torno a los 30 grados) a partir del cual decrece también por destrucción de los sistemas enzimáticos del vegetal. Alcanzada esa temperatura, la planta gasta más energía de la que ingresa para hacer sus funciones fisiológicas.

 

Marchitamiento

La transpiración acentuada por altas temperaturas puede producir un marchitamiento temporal que puede llevar a la muerte de la planta. Al tener que consumir sus propias sustancias de reserva se puede llegar a la muerte por inanición.

Las altas temperaturas pueden producir alteraciones en las funciones fisiológicas, provocando el autoenvejecimiento de las células. Por tanto, se puede dar la necrosis de hojas y brotes y, como consecuencia, el árbol se defolia.

 

Deterioro de la piel y la calidad de los frutos

Todo fruto de los arboles tiene un color muy característico y como otros aspectos, es muy sensible a altas temperaturas. Por encima de los 35-40 grados es frecuente el ablandamiento y oscurecimiento de su parte interna.

En los tomates, por ejemplo, el calor afecta tanto a la duración como al color del fruto, pues en la formación de pigmentos influye mucho la temperatura. Es recomendable que esté por debajo de 28 grados, ya que si no se produce una decoloración.

En el caso de las viñas, una subida brusca de las temperaturas se manifiesta en forma de quemaduras en las hojas y partes tiernas de los brotes, y en el enrojecimiento del fruto.

 

Quemaduras

La alta intensidad de la luz y el calor pueden provocar la destrucción de la clorofila en las hojas.

Las hojas de la parte soleada de la planta o aquellas que reciben una alta temperatura pueden exhibir muerte del tejido en sus márgenes o en áreas grandes entre las venas. Asimismo, el exceso de fertilizante puede provocar pequeñas quemaduras en la superficie de la planta. Es importante tener en cuenta que, si se dan estas condiciones, puede aparecer con más facilidad un ataque de hongos.

 

Consecuencias del exceso de calor en los cultivos

 

Necrosis

La necrosis apical se da por la falta de calcio. Con altas temperaturas y una elevada transpiración, el calcio, que se mueve en la planta con el flujo de agua, se desplaza hacia las zonas de mayor transpiración, las hojas, y no hacia los frutos, de forma que se produce una deficiencia de este elemento en estos últimos, reduciendo drásticamente su calidad.

 

Plagas

Cuando se dan condiciones desfavorables de estrés en la planta, la capacidad de respuesta de esta si aparece alguna plaga siempre es menor.

Hay ciertas plagas que aparecen en condiciones de sequía y calor. Así, las altas temperaturas pueden producir un aumento de plagas como la araña roja, además de un descenso drástico de la población de los agentes auxiliares que controlan sobre todo a los ácaros.

 

Acciones correctoras y preventivas

La prevención más básica consiste en aumentar la frecuencia de los riegos o recurrir a técnicas como el sombreado en los invernaderos. La RAIF (Red de Alerta e Información Fitosanitaria) recomienda aumentar la frecuencia de riegos con pequeñas dotaciones de agua en las horas de máximo calor, o bien un riego más abundante en las calles del cultivo para amortiguar el efecto de exceso térmico. Esto ayudará con los problemas de estrés hídrico, falta de fotosíntesis y quemaduras.

 

Acciones correctoras y preventivas del exceso de calor en los cultivos

 

La nutrición y la bioestimulación también son esenciales para superar con éxito las situaciones de calor extremo, en especial los PROBLEMAS DE MARCHITAMIENTO Y COLOR DE LOS FRUTOS.

Para atajar el PROBLEMA DE LA NECROSIS APICAL, que se puede acentuar con las altas temperaturas y que se da principalmente en tomate y pimiento, se puede recurrir al suministro de calcio mediante fertilizantes, por ejemplo.

CONTRA LAS POSIBLES PLAGAS, nos encontramos el problema del riego, que logra un aumento de humedad ambiental haciendo descender la temperatura y favoreciendo la actividad de los insectos auxiliares. Si aparecen, se puede recurrir a insecticidas naturales que respetan la acción de los agentes auxiliares. Su aplicación produce alteraciones inmediatas en la transmisión del impulso nervioso del insecto y es especialmente eficaz en hortícolas y ornamentales herbáceas y leñosas.

Para prevenir estas situaciones, desde AGROECOLOGÍA TORNOS te recomendamos abonar con anterioridad de forma suficiente y con un fertilizante de calidad y emplear bioestimulantes que fortalezcan el cultivo favorecerá la resistencia natural de las plantas a plagas y enfermedades.

 

Con estos consejos, tus cultivos están preparados para aguantar cualquier ola de calor y seguir manteniendo su calidad y sus nutrientes para que tú puedas disfrutar del verano mientras que tus plantas están protegidas.